lunes, 6 de junio de 2011

Jesús Atado a la Columna

El Martes Santo Ferrolano, en los años 50 estaba ocupado por la Hermandad Sacramental de la Santa Cena, con sede en la Concatedral de San Julián, y que procesionaba acompañando al apostolado que se veneraba en la antigua capilla de San Roque pero en el año 1957 por diversos motivos, esta se integrara dentro de la Cofradía del Cristo de la Misericordia como tercio, pasando a procesionar la Cena en la Procesión del Jueves Santo y quedando la noche del Martes Santo sin procesión alguna, hasta que en el año 1965 se funda la Cofradía de estudiantes de Jesús Atado a la Columna, por un grupo de jóvenes cofrades en el seno de las Cofradías de Dolores, que desde entonces ocupara este día para realizar su estación de penitencia.
En su primera salida acompañan a una imagen venerada en la Iglesia de San Francisco, la cual no se sabe con certeza si fue el Ecce-Homo, adquiriendo al siguiente año la imagen actual que efectuó su primera salida en procesión el 9 de abril de 1968 y que procesiona aun en nuestros días, en ese mismo año de 1968 la Cofradía de Estudiantes se integro como tercio de la Cofradía del Cristo de la Misericordia manteniendo su estación de penitencia en la noche del Martes Santo de manera interrumpida desde entonces.



La actual imagen de Jesús Atado a la Columna, llega a Ferrol el 7 de octubre de 1967, se trata de una talla realizada en pasta de madera y de tamaño natural, salida de los Talleres de Olot (Gerona). Imaginaría Serquella, con un coste total de 7.889 ptas. Representa a Jesús en el momento de la flagelación, su espalda así lo atestigua, respondiendo a los a los pasajes bíblicos de Mt 27,26: "...y a Jesús, después de azotarle, se lo entregó para que fuera crucificado". y de Mc 15,15: "Pilato, entonces, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás y entregó a Jesús después de azotarle (...)". Puesto que Lucas y Juan no citan este pasaje.


La imagen sigue los esquemas y motivos iconográficos emanados del barroco castellano, de la primera mitad del siglo XVII, de Gregorio  Fernández, con la aparición de la imagen de Jesús atado para la flagelación a una columna baja. Presenta la talla ferrolana, unas dulces facciones que rompen con el patetismo del momento representado y que logran despertar la devoción de los ferrolanos, a pesar de que la talla no se encuentra al culto público, puesto que su función ha sido siempre sólo procesional.
Esta imagen fue acompañada durante algunos años por un sayón que azotaba a Cristo, dando mayor fuerza y expresividad al conjunto, siendo portado cada Martes Santo por los portadores del Cristo de la Misericordia.




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